"Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa, la última de las libertades humanas, la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino para decidir su propio camino. Y es precisamente esta libertad interior la que nadie nos puede arrebatar, la que confiere a la existencia una intención y un sentido"



Viktor Frankl,

Superviviente de los campos de concentración nazis y creador de la Logoterapia









viernes, 28 de abril de 2017

Un bello Ángel

Habiendo tomado un nuevo y joven sirviente, se encontraba  Miguel Ángel delante de un gran bloque de piedra, todavía en su estado original. Cuando el maestro se disponía a empezar a cincelar el gran bloque de piedra notó como el joven le miraba absorto y extrañado. Miguel Ángel le miró y le hizo un gesto para que se sintiera libre de preguntar:
Resultado de imagen de escultura angel

- ¿Qué es lo que estáis haciendo con ese gran bloque de piedra, maestro?- le preguntó el sirviente, no sin cierto temor de mostrar su ignorancia.

-Ah!  Muy sencillo, mi joven amigo- respondió Miguel Ángel sonriendo- Es que ahí dentro hay un ángel que  quiere salir. Yo ....  tan sólo le voy a ayudar.



"Trata a un hombre tal como es, y seguirá siendo lo que es; trátalo como puede y debe ser, y se convertirá en lo que puede y debe ser."


Johann Wolfgang Goethe. Poeta y dramaturgo alemán.


Hace pocos días  le contaba esta sencilla pero profunda historia a un compañero, al final de la cual  empezó a asentir con su cabeza mientras me miraba como si le hubiera acabado de hacer un regalo, aunque finalmente alcanzó a decir:

- Entiendo la moraleja. Todos nosotros llevamos un potencial y una belleza en nuestro interior que quizá no conocemos, pero sin duda está ahí.

A lo que yo le respondí:

 -Sí, ese es un aprendizaje esencial que se desprende de la historia, pero yendo más allá, yo te pregunto ¿podría el gran maestro esculpir el bello ángel si no fuera ya capaz de verlo,  incluso cuando aparentemente sólo había un gran bloque de piedra delante de él ...? Porque el artista no contempla el bloque desde la perspectiva del tiempo presente, sino que es capaz de ver en dicho bloque una secuencia, un proceso hacia el futuro  que le llevará a convertirlo en una bella escultura. Y tan sólo cuando es capaz de ver el futuro claramente  puede darse cuenta de lo esencial que se guarda en su interior y notar que todo lo  demás aparece  como superfluo y sin importancia. Así, percibiendo nítidamente al ángel que el bloque lleva dentro, a nuestro maestro le resultará fácil desestimar el resto de la piedra hasta que aquél aparezca en todo su esplendor.

Dicho esto, no pude evitar pensar en un improvisado final para nuestra historia y me imaginé a Miguel Ángel siguiendo con el diálogo:

- Que sepas, mi joven sirviente, que tú mismo llevas un gran escultor dentro, y que igual que veo el ángel que se esconde en la piedra, puedo ver perfectamente tu esencia. En efecto, veo como miras con asombro la belleza que hay a tu alrededor, como cuidas y ordenas las cosas con esmero, como haces las tareas con cuidado, paciencia y admiración, y como aquellas estancias por las que tú pasas destilan una sensación de paz y equilibrio. No me cabe ninguna duda de que podrías ser, al menos, un escultor notable si pones el mismo cuidado y mimo en la talla de la piedra y se te dan las enseñanzas adecuadas.

- Maestro, pero si sólo soy un pobre sirviente sin educación - respondería abrumado el joven muchacho.

-Lo sé, pero yo no me fijo en lo tú crees que eres; yo veo lo que tú puedes ser. Claro que no todo en ti son virtudes, pero yo veo las zonas donde hay luz, no oscuridad, y por ello puedo notar aquellos detalles que hablan de tu potencial escondido. Deja que yo cultive tus cualidades, con paciencia y esmero; deja que lo que hoy apenas es una mínima llama, yo la alimente con mis enseñanzas y mi reconocimiento, de forma que tu destreza y tu confianza crezcan a la par, y deja que mi aprecio y mi fe en ti permitan que tu arte se vaya abriendo como se abre el capullo de la flor con el calor de la primavera.

Y dicho esto, Miguel Ángel tomó al sirviente como aprendiz, que desde aquel mismo momento se sintió un artista "en potencia".

Si alguien me pidiera ahora que resumiera las enseñanzas de esta historia, serían muy sencillas:

- Ver en alguien lo que puede ser, su potencial, no lo que hoy es en la actualidad. Para ello nos fijamos en sus virtudes y cualidades positivas y lo que pueden llegar a ser si se las "alimenta". Una vez cobrada esta visión será fácil ver lo demás como algo superfluo, que no es permanente ni la esencia de la persona.

- Hacerle ver a esta persona esas cualidades, de las que quizá ni siquiera es consciente, y aquello en los que dichas cualidades pueden convertirle. Es un proceso en el que se le muestra a la otra persona nuestra confianza y fe en que lo conseguirá.

-Alimentar cada progreso con caluroso reconocimiento y corregir con paciencia y cariño. Cuando se hace con abundancia lo primero, lo segundo será mucho más fácil y potenciador.

-Y por último, tener cuidado de no convertirse uno mismo en la vara de medir. La otra persona debe de ser libre de explotar sus propias cualidades y no ser como nosotros. Puede ser único y maravilloso a la vez que distinto. Si no entendiésemos esto, podría pasarle lo que al pájaro de la siguiente historia ...


Un hombre se encontró un gavilán herido que se había agazapado contra una puerta a fin de sentirse más seguro. Era apenas una cría  y además el hombre no había visto nunca uno. Lo cogió y lo examinó.
Oh, pobrecito, exclamó. Pero que clase de pájaro eres? no estás bien hecho del todo.
Cogió unas tijeras y le cortó la curva que le afeaba el pico superior para que hiciera juego y encajara perfectamente con el inferior. Después le recortó y le arregló las alas, originalmente curvadas hacia atrás, y se las dejó completamente rectas. Finalmente cogió un cortaúñas y le cortó las uñas de las garras hasta que quedaron perfectamente alineadas con los dedos.

"Helo aquí", dijo admirando su obra. "Ahora sí tienes el aspecto que un pájaro debe tener"


Para sumergiros un poco más en estas ideas, os recomiendo que veáis los siguientes vídeos:






Un fuerte abrazo






sábado, 21 de enero de 2017

Proyecciones


Todavía recuerdo con satisfacción y orgullo mi único sobresaliente en clase de dibujo. Fue en el segundo trimestre del primer curso de instituto que dicha asignatura abandonó cualquier pretensión artística (materia en la que sufría enormemente) para centrarse en una serie de ejercicios más propios de la reflexión y el pensamiento lógico, que recuerdo con el nombre de "proyecciones".

En estos ejercicios, el profesor nos presentaba un figura geométrica de forma irregular suspendida en el espacio entre un eje tridimensional, y a nosotros nos correspondía proyectar sobre cada uno de los planos resultantes la figura bidimensional que aparecería si la observáramos desde cada una de las perspectivas (desde el frente, desde un lateral y desde arriba). Al ser una figura irregular, cada una de las tres proyecciones tomaba una forma distinta ... aunque en realidad procedieran de mirar una misma figura, sólo que desde perspectivas diferente.

Cuando dominamos ya este ejercicio, el profesor aún avanzó más proponiéndonos lo contrario; presentar las tres figuras proyectadas sobre los planos y pedirnos que construyéramos la figura tridimensional suspendida entre los mismos, lo que todavía resultaba más complicado ...

Muchos años después recuerdo estos ejercicios y empiezo a dudar de mi propia memoria, pues más bien me parecen ahora reflexiones propias de una clase de filosofía o psicología constructivista. Efectivamente, el constructivismo, que trata de explicar como construimos el conocimiento, predica que existe una realidad de primer orden que es inabarcable para nosotros por las limitaciones de tiempo y espacio a las que estamos sometidos; y también una realidad de segundo orden que es la que creamos cada uno de nosotros desde nuestra propia observación e interpretación subjetivas.

El ejercicio, desde luego, parece recordarnos el conocido refrán que reza "nada es verdad ni es mentira; todo depende del color del cristal con el que se mira", sustituyendo en este caso el color del cristal por la posición desde la que proyectamos la luz sobre el objeto tridimensional. Así es fácil sacar la conclusión de que es normal e inevitable que cada uno de nosotros se vaya formando opiniones distintas sobre cualquier asunto y que pretender tener razón o estar de acuerdo al cien por cien es algo que está condenado al fracaso. Así que más bien deberíamos abandonar nuestros habituales esfuerzos por convencer a los demás en nuestras discusiones por una nueva actitud de flexibilidad, humildad  y curiosidad, con la que poder saber más de los demás y de nosotros mismos, ya que como dice el propio aforismo constructivista, "no vemos las cosas tal y como son, sino tal como somos nosotros".

Pero la conclusión más importante la saco cuando recuerdo la segunda parte del ejercicio a la que nos sometía el profesor cuando ya nos veía preparados. En esta parte, el profesor nos presentaba las proyecciones de los tres planos para pedirnos que construyéramos nosotros la figura tridimensional. Es recordando esto que me convenzo de que la única forma de "acercarnos" a la realidad y obtener mapas más útiles es precisamente ...

...enriquecernos conociendo con más detalles el mayor número posible de perspectivas.

Cheng-Hu se encontraba perdido en un laberinto. De la cámara principal salían cincuenta caminos distintos. Le había llevado una semana explorar nueve de ellos.
-A menos que tenga surte- se dijo Cheng-Hu-, moriré antes de lograr encontrar el camino correcto. Acababa de pensar esto cuando oyó unos pasos que se acercaban y se encontró con Shintzu. No se conocían, pero Cheng creyó que Shintzu era la respuesta a sus ruegos desesperados.
-¡Qué suerte que te encuentro! -dijo Cheng llorando de alegría. Shintzu lo miró con cara de gran sorpresa.
-Estoy perdido entre tanto camino- le explico Cheng-. Tú podrás decirme cuál conduce a la salida.
-Pues me temo que no, pues yo también me encuentro perdido- contestó Shintzu.
-¡Oh, que mala suerte entonces!-se quejó el primero- Encuentro a alguien y no me sirve de nada.
-¿Por qué dices que no te sirvo de nada?-preguntó Shintzu intrigado-
-Has dicho que tú también estás perdido, ¿ no es así?-dijo Cheng como si fuera obvio su razonamiento.
- En efecto, así es. Pero me imagino que habrás recorrido algunos camino sin poder salir. Yo he recorrido por mi parte al menos doce caminos que no conducen a ninguna parte. Así que juntos, los dos sabemos mucho más de este laberinto que antes de encontrarnos, y eso, indudablemente ...

... ¡nos acerca mucho más a la salida! 

Un fuerte abrazo