En cierta ocasión se produjo un importante problema técnico en una central de energía nuclear. El fallo provocó la disminuición de la generación de energía y redujo el rendimiento de la central.
Los ingenieros, por más que lo intentaban, no conseguían resolver el problma. Contrataron entonces a uno de los mejores expertos de la nación (por supuesto, entrenado en pensamiento sistémico) en ingeniería nuclear para que indagara donde estaba el fallo. Llegó el experto y empezó a trabajar. Durante dos días estudió los centeneres de diales e indicadores de la sala de control, y recorrió todo el lugar. Tomó notas e hizo cálculos.
Al final del segundo día, sacó un rotulador negro del bolsilo, trepó a una escalera y dibujó una gran X en uno de los manómetros. "Aquí está el problema. Reparen y reemplacen el aparato conectado a este contador y se resolverá el problema.". Dicho esto, se marchó sin más.
Los ingenieros desmontaron y reemplazaron el aparato y el problema se solucionó, recuperando la central el cien por cien de su capacidad.
Una semana más tarde llegó la factura del experto; diez mil dólares por los "servicios prestados". Al gerente le sorprendió lo abultado de la factura, ya que le parecía que no le había requerido tanto trabajo al experto. Así que escribió una carta como contestacíón donde se decía: "Hemos recibido su factura, ¿sería tan amable de desglosarla?. Al parecer, usted hizo poco más que señalar una X sobre uno de los manómetros. Diez mil dólares parece una cantidad excesiva por un trabajo tan sencillo."
A los pocos días, llegó la factura rectificada del experto. Decía: "Por colocar una X sobre un manómetro, un dólar; nueve mil novecientos noventa y nueve dólares.....POR SABER SOBRE QUE MANÓMETRO COLOCARLA!!!!!!!!
Todos reconoceréis la célebre frase de Arquímedes que abre esta entrada y que hace referencia al famoso principio de la palanca. Durante siglos este principio de la física ha propiciado el ahorro de grandes esfuerzos a las personas que utilizaban las herramientas creadas sobre la base de dicha idea y ahora nosotros lo utilizamos también para resolver problemas complejos de forma más fácil y eficaz.
El chiste del principio refleja perfectamente este principio, que en el pensamiento sistémico se conoce como "el punto de apalancamiento" y que consiste en estudiar detalladamente el sistema y las relaciones entre sus partes para luego averiguar donde es más efectivo y fácil hacer un cambio. Para ilustrarlo mejor vamos a fantasear un poco detallando la historia del principio un poco más.
Cuando encargaron a los ingenieros de la central arreglar el problema, estos no estudiaron detenidamente el problema, sino que se dedicaron a buscar el punto del escape uno por uno. Como la central era tan grande no eran capaces de encontrarlo y después de dos semanas acabaron desanimándose.( esto lo que cualquier persona, y no hace falta ser pensador sistémico para ello, llamaría dar palos de ciego)
En cambio, nuestro experto sistémico, hizo algunas cosas distintas. Primero se reunió con aquellas personas que conocían mejor y desde hace más tiempo la fábrica y pasó una mañana entera preguntando todo lo imaginable sobre la historia de la fábrica, su diseño, los materiales, su funcionamiento, anteriores problemas, procedimientos habituales, etc, hasta tener el máximo de información posible sobre la misma. Luego, como dice en el propio chiste, no empezó a recorrer la fábrica como un loco sino que se centró durante un día entero en la sala de control y observó desde allí el funcionamiento de toda la central en su conjunto. Finalmente recorrió toda la central haciendo cálculos y tomando notas tratando de entender mejor las relaciones entre las distintas partes de la central.
Después de todo esto, se sentó durante una hora en su mesa de trabajo a pensar para finalmente sacar su rotulador, dirigirse al manómetro que había que cambiar y señalarlo con una X. Pero no hizo sólamente esto, sino que les indicó a los ingenieros que procedimientos tenían que cambiar sino querían volver a tener el mismo problema en cualquier otro manómetro no mucho tiempo más tarde.
Ahora que tenemos la historia un poco más detallada, podemos sacar algunas enseñanzas sobre nuestro ya familiar pensamiento sistémico.
1- Nuestro amigo no buscó resolver el problema inmediatamente. Primero buscó información concienzudamente sobre la situación, y lo hizo de dos formas que los otros ingenieros no hicieron. Una fue que buscó el origen del problema más allá del momento actual. Que el problema se produzca en la actualidad no quiere decir que la causa primera también esté ahí. El origen de muchos problemas complejos están en situaciones antiguas, muy sútiles, y que pasan despercibidas, pero que aumentan poco a poco su relevancia gracias al principio de la retroalimentación hasta producir un problema considerablemente. El paso del tiempo hace muy difícil, para la mayoría de las personas, el darse cuenta de la relación entre esas situaciones y el problema actual. Ilutrando este principio hay un dicho sobre la educación de los hijos que dice algo así como "si cuando tus hijos son adolescentes no quieren escucharte, pregúntate cuanto los escuchabas tú cuanto eran más pequeños". Efectivamente, vemos ejemplos de esto en varios campos de la vida; cuando un matrimonio discute y ya no se aguanta hay que preguntase cuando dejaron de decirse "te quiero" y de actuar con generosidad el uno hacia el otro; cuando tenemos problemas con hijos adolescentes tendremos que preguntarnos como los tratamos cuando eran más pequeños, y el jefe que se queja continuamente de sus colaboradores haría mejor en pensar un poco en como los trata, que mensajes contradictorios les manda o como los recompensa (o más bien, castiga).
2-Por otro lado, nuestro ingeniero no buscó la información parte por parte, ahora aquí, ahora allá, sino que se fue a la sala de control e intentó comprender el funcionamiento de la central de una forma completa, comprendiendo así perfectamente las relaciones entre las distintas partes de la misma. Y esto es porque toda la cetral es un sistema, y el problema detectado puede no ser el problema en sí, sino simplemente un síntoma del problema real que puede no haberse detectado todavía. Así, el síntoma y la causa no tienen porque estar conectados de forma evidente y cerca en el espacio físico. En un sistema (y depeniendo de lo grande que sea este) la causa puede estar bastante lejos del síntoma. Un ejemplo de esto sería el de una persona estresada por su trabajo y que finalmente desahoga ese estrés quejándose en casa por el comportamiento habitual de su pareja. En este caso, la solución no es cambiar el comportamiento de la pareja sino no estresarse en el trabajo.
Por eso, nuestro protagonista busca en toda la central para comprender como pudo haberse causado el problema, y comprendiendo las relaciones existentes entre todas las partes de la central. Esta es la única forma completa de comprender el problema y hallar una solución duradera que arregle éste, pero que no provoque otros peores.
En las relaciones humanas, que son totalmente sistémicas, es evidente como respondemos con agresividad ante lo que a veces consideramos ataques de las otras personas. Esto, en vez de arreglar problemas, suele agravarlos y provocar otros mayores.
3- Finalmente, nuestro experto sistémico dio una recomendaciones sobre como debía ser a partir de ahora el régimen de funcionamiento de la fábica, ya que de continuar de igual forma, el problema no tardaría en volver a reproducirse. Es decir, les dijo como debían atajar el síntoma y también como atajar la enfermedad. Un ejemplo muy fácil sobre esto es el de una infección que provoca fiebre. Si tratamos sólo la fiebre, esta desaparecerá duntante unas horas, pero la infección volverá a provocarla más tarde. Como todo el mundo sabe, además hay que tratar la infección para que el síntoma desaparezca de forma permanente.
Para concluir, hay que señalar que una vez hecho todo esto, encontrar la causa primera y arreglar el síntoma le llevó apenas una hora de pensar relajadamente en el despacho. Y esto es lo que es "un punto de apalancamiento" en un sistema:
- Una solución más fácil de aplicar, con menos gasto de energías.
- Basada en una comprensión profunda del sistema y del problema en sí.
- Y que arregla el problema de forma duradera sin provocar otros peores en el resto del sistema
Para ser más eficaces en nuestra vida haríamos bien en hacerle caso a uno de los creadores de la PNL, Richard Bandler, cuando decía "la solución de un problema require un noventa por ciento de información y tan sólo un diez por ciento de acción." Eso sí, buscar toda la información requiere ver un cuadro más grande, dar unos pasos atrás y considerar espacios más grandes y períodos de tiempo más largos.
Bien, con ésta termino esta serie de entradas dedicadas a comprender un poco más esta cosa rara llamada "Pensamiento sistémico", y espero que vuestra capacidad para comprender problemas y encontrar soluciones más eficaces haya aumentado ligeramente. Si no es así, no os preocupéis, ya volveremos sobre él en más ocasiones.
Para acabar, como siempre, ponemos un poco más de luz sobre el tema con otro relato, en este caso, un hecho real.
El caos y la sensibilidad de los sistemas complejos a las condiciones iniciales quedan ejemplificados en el llamado "efecto mariposa", denominado así a raíz de una conferencia del metereólogo Edward Lorenz. El título de la conferencia era "¿El aleteo de una mariposa en Brasil puede desencadenar un tornado en Texas?". El tema de la conferencia surgió de las investigaciones llevadas a cabo por el metereólogo en 1961 acerca de modelos informáticos de patrones metereológicos . En una ocasión, para examinar una secuencia de mayor duración, Lorez decidió no iniciar el ordenador desde el principio sino a la mitad del programa,
tecleando las condiciones iniciales que se habían registrado en una impresión anterior. Cuando volvió al cabo de un rato, la nueva impresión, para sorpresa del científico, era completamente distinta a la anterior. Al investigar cual había sido la causa de dicho desfase se dió cuenta de que la diferencia había estado...¡en que había redondeado las cifras de la primera impresión dejando tan sólo tres de los seis decimales!
Lorenz los había despreciado, seguro de que no tendrían mayor relevancia, pero los que recordéis el acertijo del ajedrez en una entrada anterior, sabréis que una pequeña diferencia ........¡puede llegar a suponer una gran diferencia!
Para seguir profundizando:
90% de información y 10% de acción ,me gusta,sino me engaño es más "80/20?" ciertamente con ese libro se ven las cosas de manera difernte.Lo difícil es interorizarlo.
ResponderEliminarSí, Abel, es más de esa filosofía. Y estos son tiempos para aplicarla. No se trata de trabajar más duro, sino más inteligentemente. Como nos enseña el pensamiento sistémico, aplicar más esfuerzo en la dirección equivocada sólo nos lleva más rápidamente al desastre.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por tu comentario.
"Mi reino no es de este mundo."
ResponderEliminarJuan 18, 33-37
Desde luego, el tuyo tampoco. Y aunque te agradezco y agradeceré siempre enormemente tus esfuerzos por contribuir a tirarnos de la burra, creo que exageras la importancia de la retroalimentación en la conducta humana. Y no eres el único. Hace unos días escuché a un capo de la Neurobiología defender como dogma de fe el inconmensurable efecto que un par de palabras podían tener en el desarrollo de la personalidad humana. Y no digo que esa pueda ser la excepción pero me niego a admitir que
sea la regla. El ser humano sí que es realmente un sistema complejo, pero a diferencia de la central nuclear del ejemplo tiene unos mecanismos de seguridad infinitamente más avanzados. Nosotros, como las demás especies que habitamos este planeta en este momento, no estamos aquí por casualidad. Si hemos conseguido mantenernos como tales es porque tenemos una capacidad de adaptación impresionante. La prueba es que son muy pocos
los ecosistemas de este planeta y aledaños que no hemos mancillado con nuestro afán "colonizador". Y esta adaptación afecta
tanto a nuestro físico como a nuestro comportamiento, en la medida en que una gran parte de nuestra evolución es estrictamente cultural. ¿A dónde quiero llegar? Pues sencillamente que el efecto mariposa se ha magnificado impunemente. A mi modo de ver, aparte de que Lorenz sabe vender muy bien su trabajo, con títulos tan impactantes como el de su conferencia, lo que es indudable es que el número de variables en juego a la hora de realizar una predicción meteorológica es tan alto y las interconexiones tan complejas que toda predicción a medio plazo casi parece ciencia ficción. Las relaciones humanas, los sistemas humanos, son también muy complejos y plagados de interconexiones pero eso no implica que el más leve cambio tenga consecuencias. Estamos muy preparados, o al menos lo estábamos, para poder tamponar parte de esas influencias. En fin, que sí, que nuestra historia particular nos marca enormemente pero no lo es todo. Parece que nos olvidamos de los 20.000 genes con que venimos al mundo; me niego a admitir que no marcan para nada nuestra futura conducta. Desde luego, como decía Ortega, "yo soy yo y mi circunstancia", pero no sólo mi circunstacia.
Un saludo.
No seré yo quien diga que la genética no es importante; tampoco seré yo quien diga que el entorno y la educación de los padres lo determinen todo. Por el contrario, lo que digo, y para eso escribo este blog, es que de las variables de la ecuación de Huxley, la tercera es la más importante. Y sin embargo, entiendo que es la menos habitual, ya que para ello tendrían que educarnos en la consciencia, en el “darse cuenta”, en la sabiduría de “vernos desde fuera” , y no en el “arte de amargarnos la vida”, como titula su libro Paul Watzlawick.
ResponderEliminarTienes razón en decir que una persona no cambia fácilmente. Es un sistema complejo de hábitos, valores y creencias, y como todo sistema, está en equilibrio porque en el opera un “estado atractor” (como por ejemplo la fuerza de la gravedad) que lo mantiene en equilibrio. En las personas este complejo entramado de valores y creencias dificultan el cambio, pero eso no quiere decir que sean imposible. El resultado dependerá de quien diga las palabras y que sean las palabras exactas y en el momento necesario.
Ciertamente la historia de Lorenz se ha exagerado y distorsionado , afirmando en cursos de formación que una mariposa podría desencadenar un tornado al otro lado del mundo. No lo creo, pero los formadores han sacado muchos réditos de contar esto en los cursos. Pero aún así, no deberíamos despreciar el efecto de la retroalimentación y el efecto dominó. Y para ello hay un ejemplo fabuloso y muy actual.
Hace tan sólo un mes, un joven tunecino se quemaba vivo en protesta a la acción de la policía que le había dejado sin su único medio de vida, un mísero puesto de venta ambulante de frutas. Un mes después, el mundo árabe está iniciando una transformación sin precedentes, y el precio del petróleo está por las nubes afectando a las economías de todo el mundo.
Y si alguien hace un mes nos preguntara ¿puede una acción de la policía en un mercado tunecino poner en jaque a todos los dictadores árabes y afectar a la economía mundial?, ¿cuál hubiera sido nuestra respuesta?
Muchas gracias por tus comentarios
Un abrazo,
Gracias ,concuerdo contigo, y tu aportacion desgraciadamente
Eliminarsiempre va ver gente contraria amenos tu tienes tu blog, y el otra persona ni tan siquiera aporta nada ,pero eso si estan de sabelotodos .
Perdona mi ignorancia, imagino que me he perdido algo pero, ¿a qué te refieres con la ecuación de Huxley?
ResponderEliminarEn cualquier caso, y supongo que es una desviación fruto de mi formación, cuando hablo de complejidad humana no me refiero sólo a un "sistema complejo de hábitos, valores y creencias". La evolución cultural ha jugado un papel fundamental en el desarrollo de nuestra especie pero no podemos olvidarnos de que somos seres vivos y, como tales, no podemos echar por tierra millones de años de evolución biológica. Nacemos, crecemos, tratamos por todos los medios de perpetuarnos en nuestros hijos y, con más pena que gloria, dejamos este mundo. Y en esto no nos diferenciamos mucho de la más "insignificante" bacteria. Y sin entrar en disquisiciones anatómicas, una parte de nuestro encéfalo no es muy diferente del que llevó a su máximo explendor a los dinosaurios hasta hace 75 millones de años y parece estar implicado en nuestras emociones. Por tanto, con estos mimbres, bastante hacemos con ir tirando de los cestos que nos van saliendo. No dudo que una cuidadosa educación y autocontrol posibilite a nuestra corteza cerebral hacerse con las riendas de nuestra consciencia pero la lucha es ardua o al menos a mi así me resulta.
Y, del mismo modo, tener en cuenta nuestra naturaleza animal también nos permite comprender porque la forma de pensar del, llamémosle ingeniero competente, es tan inusual. Nuestro amigo se tira un par de días estudiando la central, las relaciones entre las distintas partes y la historia de la misma, otro día más en la sala de control y una hora de meditación, para dar con la solución al problema. Lo que ocurre es que muchas veces no se dispone de ese tiempo para encontrar la solución. Hace un par de millones de años (eso es ayer tarde en términos geológicos) todavía saltábamos de rama en rama en busca de nuestro sustento y preocupados de que no nos atrapara otro primate o un leopardo avispado. Aún después, cuando apretados por el hambre se nos ocurrió buscarnos la vida en el suelo, no quiero ni imaginarme la angustia en un medio tan hostil para un primate de poco más de un metro. Y en este medio, una respuesta inmediata, nos daría alguna posibilidad de sobrevivir. Simplificando mucho las cosas, a mi no me extraña que en las relaciones humanas todavía respondamos con mucha agresividad y menos racionalmente. La evolución cultural es mucho más reciente y tiene que lidiar con toda la carga de millones de años de evolución biológica.
Con respecto al ejemplo de los acontecimientos en el Norte de Africa, es cierto que a toro pasado uno puede afirmar lo que quiera pero, creo que el ánalisis se puede hacer de otra manera. Indudablemente, el caso del tunecino ha sido el disparador de todo el proceso pero no estoy tan seguro de que no fuera predecible lo que está ocurriendo. O dicho de otra manera, si hubiéramos estado menos preocupados de lo que nos ocurre en nuestro fantástico para unos, y miserable para otros, mundo occidental, las cosas podrían haber sido de otra manera. O si, en lugar de seguir creyéndonos amenazados por un islamismo fanático, si en lugar de buscar terroristas por todas partes, hubiésemos dedicado algo de tiempo a entender lo que estaba pasando en ese mundo islámico, en lugar de demonizarlo, quizá este hombre estuviera hoy entre nosotros. No, no se trata de efecto mariposa, nuevamente no conocemos, o no queremos conocer, o no nos dejan conocer (que se lo digan a las petroleras) todas las variables que están en juego, o las manipulamos al antojo de la ologarquía que perpetra nuestro mundo occidental. Decididamente no, no se puede decir que el toro nos ha pillado cuando Gadafi era un terrorista hace menos de 10 años y anteayer resulta que porque nos interesa se convierte en el hijo pródigo arrepentido. No se puede ir a forrarse a Libia y ahora venir diciendo que los allegados de Gadafi que te han hecho millonario son el círculo del mal, ¿antes no lo eran? Más de lo mismo, la hipocresía de nuestro mundo occidental.
Un abrazo.
Este corta y pega.....Al final me dejé la cita sin poner. Dice así:
ResponderEliminar"Quien eres depede de tres factores, lo que heredaste, lo que tu entorno hizo de tí,y lo que tú has hecho de tu entorno y de tu herencia con tu libre elección".
Aldous Huxley
Así que con la tercera variable de la ecuación de Huxley me refería a esta capacidad exclusivamente humana, la opción de elegir, una opción que se hace realmente difícil, como tú dices, cuando nuestro cerebro no se difrencia tanto del de los dinasaurios.
Realmente, el problema es el que tú has citado, la evolución cultural y social ha sido demasiado rápida en comparacion con la biológica. Y eso se refleja en que ese simio asustado que baja a a sabana pone su inteligencia bajo el mando de la emoción, y no al revés. "La mente es un magnífico siervo, pero un terrible señor", reza esta hermosa frase, que hace referencia a que cuando no hay consciencia quedamos esclavos de esa mente simplificada, que no es más que un complejo ordenador que responde de la forma programada a un conjunto de situaciones que cataloga como parecidas. Sin embargo, cuando la consciencia manda, el ordenador nos permite bucar múltiples respuestas y elegir la mejor, para nosotros y para los demás, y no quedamos subordinados a un ciclo de acción-reacción que se realimenta hasta el infinito.
¿Complicado?, sí, desde luego, y como señalas se necesita una educación en esa inteligencia emocional, o incluso mejor, espiritual, y entrenar la consciencia todo lo que podamos.
¿Imposible?, no, desde luego, aunque sea más fácil dejarse llevar.....
En todo caso, yo estoy de acuerdo contigo en que no es nada habitual. Pero por eso escribo el blog. Porque pienso que "todo puede ser diferente"
Un abrazo y gracias por tus comentarios.