"Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa, la última de las libertades humanas, la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino para decidir su propio camino. Y es precisamente esta libertad interior la que nadie nos puede arrebatar, la que confiere a la existencia una intención y un sentido"



Viktor Frankl,

Superviviente de los campos de concentración nazis y creador de la Logoterapia









sábado, 30 de agosto de 2014

Un método fantástico

Un buen día, un hombre que  va caminando por la calle cree ver a lo lejos a un amigo. Cuando se acerca a saludarlo, se da cuenta de que está dando sonoras palmadas con sus manos sin que parezca haber ninguna razón evidente. Así que después de pararse delante de él y saludarlo, le pregunta por su extraño parecer. El hombre responde:


- Pues hago esto para espantar a los tigres. Es un método fantástico.

-¿Tigres? ¡ Pero si por aquí no hay ningún tigre!- le grita sorprendido


Y el amigo le responde, muy seguro de sí mismo:



-Ya te lo dije. Un método fantástico, sin duda.


Gracioso ¿verdad? ¿O quizá más bien trágico? Pues reto a  cualquiera de mis lectores que se atreva a desafiar la aparente lógica del razonamiento de nuestro protagonista, no sin antes advertirle que no me pondría en su papel por nada del mundo. Porque mucho me temo que nuestro amigo del chiste no está dispuesto a cambiar fácilmente de modo de actuar, pues a la vista de todos está que "él da palmadas, y ciertamente, no hay tigres cerca"

A sus ojos, no puede ser una coincidencia, ya que él ha actuado de una forma intentando obtener un resultado y éste sin duda se obtiene. Sólo tiene que obviar un pequeño hecho casi sin importancia, y es que ....¡ allí nunca hubo tigres!

Esta historia ilustra muy claramente lo fácil que es llenarse de razón y encontrar argumentos, aparentemente lógicos, para justificar nuestras acciones, porque al contrario de lo que podría parecer, tendemos a adaptar lo que recibimos del mundo para hacerlo coincidir con nuestras creencias previas, y no al revés, como en un principio se podría suponer. Y así debe ser en parte, por que no podemos estar cuestionando todas nuestras creencias y comportamientos a la luz de nuevos hechos.  Esto sería, sin duda, demasiado cansado, y evidentemente, nada eficiente. Así que para simplificar la gestión de nuestra vida debemos utilizar nuestras creencias previas para  movernos por el mundo con cierta agilidad y sin que sea necesario aprender todo una y otra vez. Y hasta aquí, todo bien, pero el problema aparece cuando nuestras creencias deciden comportarse  a su vez como auténticos seres vivos que buscan perpetuarse en nuestra mente, aunque para ello tengan que limitar nuestra atención y  percepción y malinterpretar lo que a nuestro alrededor ocurre.

 A esto se refería el gran filósofo Friedrich  Hegel cuando nos decía irónicamente "si la teoría no concuerda con los hechos, tanto peor para los hechos", y que viene a decir que cuando nos hemos involucrado con una idea nos costará darle crédito a los hechos que la contradigan, y no será muy difícil, como en el chiste del principio, dirigir o limitar nuestra percepción para encontrar argumentos que nos den la razón.

Y de esta forma, vamos por la vida justificando creencias y comportamientos poco útiles y en muchos casos trágicos. Y si creéis que exagero, aquí os propongo una muestra bien representativa mediante esta historia que he extraído del libro de Marcelo R. Ceberio "La construcción del Universo" (y advierto que no es un libro de astronomía ni física)

"Friedrich Von Spee, el famoso autor de Cautio Criminalis (Sobre los juicios de las brujas), muestra horrorosos ejemplos de realidades creadas por la naturaleza autocerrada en una creencia incuestionable. Spee fue un sacerdote que tuvo fluidos contactos con hombres y mujeres acusados de brujería, y presenció las más inhumanas escenas de tortura. Escribió su libro con la finalidad de convencer a la corte que con la base de su procedimiento de juicio y reglas de evidencia, nadie jamás puede ser encontrado inocente.

En primer lugar, no había duda en la mentalidad de los jueces de que Dios con su sabiduría y amor protegería al inocente, con lo cual los que no fueran salvados por él , darían cuenta , por consiguiente, de una prueba evidente de su culpabilidad. Además, una vida considerada sospechosa podía ser honrada o no; si no lo era, ésta era una prueba adicional de culpabilidad, y si lo era, constituía una razón para una sospecha adicional, puesto que es bien sabido que las brujas son capaces  de crear la impresión de ser virtuosas y honorables. Una vez en prisión, los sospechosos podían ser temibles o no. Si eran tildados de temibles, esto en sí mismo era una prueba de culpabilidad; si en cambio resultaban calmos y confidentes, tal actitud también era sospechosa, ya que es bien sabido que las brujas más peligrosas son capaces de aparecer inocentes y tranquilas....."


Y así iban justificando las más horribles torturas y castigos unos inquisidores que, ávidos de aumentar su currículum a cuenta de algunas pobres almas, "torturaban" la misma realidad para salirse con la suya.


Mucho me temo que de esta misma manera, torturamos la realidad todos nosotros, unos más, otros menos, para que "cante" lo que a nosotros más nos convenga. Y así no es de extrañar oír tan acaloradas discusiones sobre la verdad de las cosas, tan llenos de razón unos y otros, ya que cada parte ha ido utilizando las pruebas más convenientes para defender sus ideas, las cuales se hacen, como es de suponer, más y mas rígidas.

Así que os recomiendo amigos, que cuando los hechos (u otra persona) contradigan vuestra teoría, ampliéis vuestra percepción y cuestionéis por un momento tan siquiera vuestras creencias, ya que a diferencia de lo que solemos hacer, para validar una creencia, no hay que encontrar un hecho que la avale (como hacemos muchos llenos de razón) .... sino asegurarnos que no somos capaces de encontrar uno que la contradiga.....

A finales de 1988, la edición local del diario italiano La Nazione comunicó un extraño inidente que tuvo lugar en el Hospital General de la ciudad toscana de Groseto. una mujer esquizofrénica aguda fue admitida de urgencia, y debía ser llevada nuevamente a su Nápoles nativo para someterse a un tratamiento psiquiátrico. Cuando los asistentes de la ambulancia fueron a recogerla y preguntaron dónde estaba, les dijeron: "Ella está ahí adentro".

Al entrar en la habitación encontraron a la paciente sentada en su cama, totalmente vestida y con su cartera lista. Cuando le pidieron que se fuera con ellos, comenzó rápidamente a descompensarse, gritó, se resistió violentamente, y sobre todo, mostró los bien conocidos síntomas de despersonalización. Tuvo que ser forzosamente tranquilizada, antes de ser llevada abajo. Alrededor de dos horas más tarde, mientras la ambulancia llegaba a Roma, fue detenida por un automóvil de la policía y le dijeron al conductor que llevara a la mujer de vuelta a Grosetto. En lugar de la paciente, habían recogido.... ¡ a una mujer que estaba esperando para pagar una consulta de un pariente, sometido recientemente a una cirugía menor!

Para seguir profundizando:

El arte de amargarse la vida. Paul Watzlawick

La construcción del Universo. Marcelo R. Ceberio.

Introducción a la PNL. Joseph O´Connor y Jhon Seymour.